En nada llega oficialmente el invierno y, de una manera inevitable, pienso en esquiar y recuerdo todos aquellos viajes a la nieve que hacía, con tanta frecuencia, de pequeña. Tengo que reconocer que, hasta que fui mayor, odié la ropa de esquí pero aún detesté más las moon boots.
Obviamente, llegó un día en que me rebelé antes las moon boots y decidí cambiar mi calzado de aprés-ski. Supongo que cuando tienes un pie enorme, como es mi caso, lo último que quieres es meterlo dentro de unas botas enormes y poco favorecedoras.
Si os soy sincera, pensé que las moon boots habían desaparecido del mapa de la tierra, que una vez llegado el siglo XX, tan sólo las calzaban los niños pequeños. Así que imaginad mi sorpresa cuando, hace un par de años, veo que las moon boots han vuelto y lo han hecho con más fuerza que nunca.
Eso sí, las propias moon boots son conscientes de que su versión noventera no era el calzado más favorecedor y, de hecho, podían asustar hasta al mismo Yeti, por lo que se han adaptado a los tiempos modernos, creando modelos más juveniles, favorecedores y a la moda. Eso sí, los nostálgicos y amantes de los tiempos modernos aún podéis comprar las moon boots de toda la vida.
El éxito del retorno de las moon boots ha sido tal que las grandes firmas de moda como pueden ser CHANEL, Marc Jacobs o Pucci han creado sus propias “botas lunares” con propuestas tan atrevidas como, por ejemplo, la de Valentino que añade tachuelas a las moon boots.
De esta manera, las moon boots han pasado a ser uno de los calzados más a la moda cuando hablamos de après-ski.
¿Y a ti, te han conquistado las moon boots tras su cambio de imagen?